OTOÑO EN EL P.N DE ORDESA Y MONTE PERDIDO ¡¡¡QUIEN DIJO QUE ORDESA ES SOLO ORDESA!!!

El otoño, es sin duda, la estación más bonita para visitar nuestro Pirineo y sus bosques, en especial, nuestros frondosos y abundantes bosques de hoja caduca que pueblan las laderas de las montañas. Dichos enclaves, mantienen durante todo el año un encanto especial…pero es durante esta época cuando se visten con sus mejores galas. Desde mitades de Octubre hasta principios de Noviembre se produce una metamorfosis en los árboles, impulsados por las lluvias otoñales. Estos se tiñen de oro preludiando lo que será el comienzo del duro invierno. Durante estos quince días, nuestros bosques tendrán un color especial, un olor especial y será una verdadera gozada pasear por sus entrañas…tranquilamente disfrutando de sus encantos.
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Al adentrarnos en un Bosque, descubriremos un lienzo de hojas y ramas policromadas, que van desde el amarillo al marrón, pasando por el rojo, naranja, o verde de las coníferas. En el suelo percibiremos el agua corriendo a caudales, desde pequeñitos regatos hasta rápidos y abruptos arroyos de montaña, como si de su columna vertebral se tratara. Junto a ellos, un extenso manto de musgo, hojas y raíces salpicadas de abundantes y variadas setas que encuentran en esta época su momento ideal para emerger. Sin olvidarnos de la extensa masa de mástiles en un desorden ordenado; los cuales variarán en color y composición, como los blancos Abedules, los oscuros y agrietados Abetos o las grisáceas y azuladas Hayas; muchos de los cuales estarán cubiertos de musgo, líquenes, hiedras o muérdagos colgando de las ramas y troncos…

Pero no solo es un placer para la vista, sino que debemos aprender a sentir. Debemos aprender a escuchar, a oler. Solo entonces podremos valorar todo su encanto, y solo cuando nos percatemos de ese encanto, nos daremos cuenta de lo importante que es el respetarlo y el conservarlo.


.40D, 17-50mm, Trípode, Cable disparador,
..................ISO 100, F16, 2 seg

Uno de los enclaves más bonitos para poder disfrutar del otoño y sus bosques es el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un espacio de "esos Pirineos, capaces de dar a los santos del cielo, nostalgia de la Tierra (Russell)". Este parque, conocido por muchos, es un enclave mágico para poder disfrutar de la naturaleza y sus bosques. Con una orografía espectacular conformada por una serie de impresionantes crestas montañosas y valles glaciares, hacen que sea una visita indispensable para cualquier amante o no, de lo natural.

Pero ¿Quién dijo que Ordesa es solo Ordesa?, el valle de Ordesa es solo uno de los valles glaciares que constituyen el parque nacional. Si bien es el más conocido, no es el único. Existen otros valles cercanos, que también pertenecen al parque, mucho menos masificados y de una belleza igual o superior al famoso Ordesa, como son el valle de Añisclo, el valle de Pineta, el valle de Bujaruelo o el valle de Escuaín.

Las imágenes que ilustran este artículo fueron tomadas en estos valles durante los meses de octubre y noviembre del 2011, en ellas se muestra la belleza que estos lugares y sus bosques recogen en Otoño.............................................................................40D, 10-20mm, Trípode, Cable disparador,
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Para llegar al Valle de Ordesa, debemos rebasar el municipio de Torla y desde ahí seguir por la carretera hasta el aparcamiento de la pradera. Desde ahí, el valle se abre como escenario de una gran representación. Un valle con poderosas fortalezas, altas murallas e impresionantes circos glaciares. En el fondo del valle, el río Arazas hace de columna vertebral. Con sus famosas cascadas y su trasparente agua que refleja los cantos rodados. En las laderas, los bosques afloran por doquier. Pino Silvestre, Abetos, Hayas, Abedules y Arces se juntan pare crear un marco que no deja de sorprender al visitante. Un paseo por sus bosques, visitando sus cascadas y vislumbrando su magia hace de este valle un lugar para volver.

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El cercano valle de Bujaruelo es una visita la cual no nos dejará indiferentes. Para ello, al pasar Torla, y antes de llegar a la pradera, cruzaremos un puente, “el Puente de los Navarros”. Ahí empieza este bonito valle por el cual transcurre una pista que podemos transitar en coche hasta “San Nicolas”, base de operaciones hacia las cumbres. El valle cuyo nombre viene de la cantidad de bojes que adornan sus laderas, es abierto y espacioso en su parte alta donde predominan verdes y extensas praderas. El Rio Ara es el encargado de contornear el valle. Aguas abajo exuberantes masas forestales hacen acto de presencia. La fuerza del río va conformando una agreste y profunda garganta, abriéndose camino entre la dura roca y creando un pictórico paisaje que quedara grabado en nuestra retina.

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Nuestro siguiente destino será el Cañón de Añisclo, una impresionante profunda y desconocida garganta. Pero antes no debemos dejar de visitar el Bosque de “La Pardina del Señor”, situado entre los pueblos de Fanlo y Sarvisé. Hace unos años, una revista de naturaleza publicó cuales eran los 10 mejores bosques de España. En la selección final, junto con clásicos como Muniellos en Asturias o La Selva de Irati en Navarra, se encontraba este impresionante y desconocido rincón del Pirineo Oscense. Un bosque en la que combinan con fuerza diversas especies como Arces, Abetos, Avellanos, Servales o Hayas y que en otoño forma una paleta de colores fascinante. Desde la carretera obtendrás una perfecta panorámica que seguro que te hace parar, observar, disfrutar y saborear un paisaje especial.

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Una vez llegados a Añisclo, bien por Fanlo o bien desde Ainsa por Escalona, dejamos el coche en el pequeño aparcamiento habilitado. Nada mas llegar, uno se hace ya a la idea de las dimensiones del lugar. Presidido por las Tres Marías, una inmensa grieta se abre paso entre los verdes pastos. Desde los 2000 metros de altura, el río Bellos, con su arrogancia, ha taladrado la roca calcárea creando un vertiginoso paisaje de roca, agua y bosque. Un majestuoso cañón de 20 km de recorrido que conjuga la verticalidad de sus pareces con los densos y apacibles bosques, creando un paisaje agreste y apacible por igual, que unido a sus cristalinas aguas y cascadas, parece como salido de un cuento.

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................ISO 400, F13, 6 seg...........................................................................ISO 200, F9, 6 seg

Por último, no debemos dejar de visitar el Valle de Pineta. Desde la localidad de Bielsa, seguimos con el coche hasta el Parador, donde dejaremos el coche. Ya por el camino podemos observar el majestuoso espectáculo, con sus altas paredes de 2000 metros de desnivel salpicadas de saltos de agua y sus bosques de Abetos y Hayas. Pienta es un espléndido valle de 12 km, ancho y profundo en el que podemos observar, a la izquierda vertiginosos muros de piedra, mientras que la ladera derecha es mucho más suave con exuberantes bosques de frondosas y pequeñas y verdes praderas. El río Cinca, que nace en este valle y sus barrancos conforman un paisaje lleno de bellas cascadas, como es el caso de las “Cascadas de La Larri”. Un paisaje que sin duda impresionará al espectador.

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Tenemos la suerte de vivir en un lugar privilegiado, un lugar puro, salvaje, lleno de naturaleza, en la que los bosques son nuestros pulmones. Los bosques están ahí, para todos nosotros. Os invito a que salgáis a verlos, aprendáis a disfrutar de los bosques, de sus encantos y de su magia, porque merece la pena…pero también debemos respetarlos y conservarlos pues de su existencia depende la nuestra. Los bosques no son nuestros…es más, nosotros pertenecemos al bosque desde siempre…siempre hemos necesitado de el para vivir…carne, setas, frutos y bayas para comer, leña para calentarnos, madera para construir, pasto para nuestro ganado, consume CO2 en la fotosíntesis y produce oxigeno, es reservorio para la fauna y flora de nuestro Pirineo…y encima nos regala estampas y momentos como los que ilustran este artículo para nuestro gozo y disfrute. Nos da mucho…y lo que es más importante…¡¡gratis!!...¿Qué le damos nosotros a cambio? ¿Es justo lo que les estamos haciendo a nuestros bosques...¿Qué pasaría si desaparecieran?, por favor…pensad en esto la próxima vez que paseéis y disfrutéis por dentro de un bosque. Solo con eso, este artículo habrá merecido la pena…

Abejaruco Europeo: Policromía Natural.

A mediados de abril, podemos empezar a ver, sobrevolando nuestros campos unas siluetas, agudizadas en sus cuatro extremos, con unos exóticos colores y unos continuos reclamos que recuerdan al silbato de un árbitro; podemos decir entonces que los primeros abejarucos ya han llegado, cruzando el estrecho desde sus cuarteles de invierno situados en África.

Estos preciosos, vivarachos y coloridos pajarillos nos acompañaran hasta el final de verano, volviendo a África allá por el mes de septiembre para pasar un invierno bastante más templadito que el nuestro…

Durante su estancia en la península ibérica, se dispondrán a buscar pareja, a aparearse, construir sus nidos y sacar adelante a sus crías para que estas puedan regresar a África a pasar el invierno; procesos todos ellos, los cuales, podemos apreciar sin muchas complicaciones, pero siempre con el máximo respeto a las aves.

Apenas tienen 4 meses para tantas tareas, por lo que, en Abril, cuando llegan extenuados por el largo viaje, forman sus colonias de verano (muchas veces de cientos de ejemplares), y sus hormonas no tardan en aflorar, pudiendo observar como buscan pareja entre los individuos de la colonia.

Durante este periodo de tiempo, las aves se presentan muy alteradas siendo frecuente las riñas y gruñidos entre los individuos de la colonia, hasta que se establecen las parejas.

A lo largo de estos momentos de frenesí y de alta actividad, se pueden captar fotografías de acción en grupo, donde se retrate el comportamiento de estos animales durante esta época.

Una vez las parejas ya están establecidas, se podría pensar que las aves se dedican a copular directamente, pero no amigos, el macho aún se tiene que ganar a la hembra, y hasta que no lo consiga, esta no dará su brazo a torcer…Durante unos días, el macho debe ofrecer a la hembra todo tipo de ofrendas, cebándola regularmente mientras esta espera tranquilamente en un posadero cercano.

Como anécdota puedo decir que durante una jornada de hide fotografiando abejarucos, pude observar como un macho cebaba a la hembra ininterrumpidamente con una periodicidad de unos 3 o 4 minutos desde las 7 de la mañana hasta las 12 del mediodía que terminó mi sesión, y al final no consiguió nada…por lo menos durante ese día…espero que al final la cosa fluctuara, porque el pobre se lo curró de lo lindo…jejeje.

Tras estas cópulas vendrá la puesta, la cual es única, y varía entre 4 y 7 huevos, blancos, lisos y brillantes. Pero antes de la puesta, el nido tiene que estar a punto. Estas aves, nidifican en taludes terrosos, generalmente fluviales, formando en ocasiones grandes colonias, y utilizando normalmente los mismos nidos entre un año y otro. Aunque hoy en día cada día son más los taludes de tierra que se derriban por culpa humana, en muchas ocasiones taludes donde los abejarucos tenían instalada la colonia del año anterior, y cuando vuelven a España, ya no están, por lo que deben de empezar de nuevo a excavar sus nidos, eligiendo una nueva ubicación….pero cada vez hay menos taludes donde anidar….con la consiguiente problemática que esto conlleva para estas aves….

Cuando los pequeñajos pollos de abejarucos ya han salido del cascarón, son los padres los que deben de cebarlos. Durante esta época el ir y venir de los padres al nido es frenética. Entrando constantemente al nido con presas en el pico y saliendo al instante a por más. Durante este periodo, si se coloca un posadero cerca del agujero donde está ubicado el nido, los abejarucos toman el posadero justo antes de entrar al nido cuando van a cebar a las crías, cerciorándose de que no hay peligro a la vista y posteriormente entrando al nido. En esos momentos podemos aprovechar para sacar fotografías, ya que cada vez que se posan traen algo diferente en el pico, desde abejas, hasta mariposas, libélulas, abejorros etc…por lo que las imágenes que consigamos siempre serán distintas…

Una vez las crías ya estén lo suficientemente grandes, saldrán del nido y en breve estarán preparadas para volar y acompañar a sus padres en su viaje transahariano de vuelta a África a finales de agosto principios de septiembre…para no volver hasta el Abril siguiente, anunciando el periodo de buen tiempo y llenando nuestros campos de color un año más.